Está demostrado por la física y la biomecánica que ir acm es un 500% más seguro, es decir que en multiplica por 5 la posibilidad de salir ileso de un accidente. Y lo corroboran las estadísticas. Si comparamos los datos de menores fallecidos y lesionados en accidentes de tráfico en España con los de los países escandinavos donde la medida lleva décadas implantada, los resultados son escalofriantes.
Para explicarlo, lo primero en que debemos tener en cuenta es que hablamos de niños, y los niños no son adultos en miniatura. Sus proporciones corporales son muy diferentes: Mientras que la cabeza de un adulto representa el 6% de su cuerpo, la de un recién nacido es de un 25% y la de un niño de 2 años en torno a un 20%, por tanto el cuello del niño soporta un esfuerzo mucho mayor, ya que sostiene una cabeza proporcionalmente mucho más pesada. Además el cuello es mucho más frágil ya que las vértebras superiores, las que conectan el cráneo con el resto de la columna, son de las ultimas en osificar, finalizando el proceso en torno a los 6 o 7 años.
Foto: Revista Trafico y Seguridad Vial
La otra gran diferencia morfológica entre niños y adultos es la zona pectoral y abdominal. En los niños es proporcionalmente al resto del cuerpo, mucho más grande. Esto unido a la flexibilidad de las costillas, la hacen especialmente frágil ante presiones y expone mucho más los órganos internos
Lo siguiente a tener en cuenta son las leyes de la física o leyes de Newton. Las recordamos muy resumidamente:
- I Inercia: Todo cuerpo permanece en su estado de reposo o movimiento uniforme a menos que sobre él actúe una fuerza externa.
- II Fuerza: Fuerza es igual a masa por aceleración
- III Accion-Reaccion: Por cada acción hay una reacción igual y de signo opuesto.
Si unimos ambos conceptos, entendemos que cuando vamos en un coche nos estamos desplazando a la misma velocidad que este, y si el coche se detiene, nosotros, por inercia seguimos a la misma velocidad que llevaba el coche hasta que algo nos pare. Además, a medida que el coche va acelerando nuestro peso se multiplica exponencialmente
Teniendo en cuenta todo esto, imaginemos un niño cuya cabeza pesa 2 kilos. Y que va de frente a la marcha con sus hombros sujetos por un arnés. En un impacto a 50 km/h su cabeza es lanzada hacia delante con una fuerza de 100 kilos aproximadamente, algo que su cuello no puede soportar, produciéndose lesiones graves e incluso la muerte.
En una silla instalada acm esto no ocurre porque la cabeza, el cuello y la espalda están apoyados en el respaldo y la fuerza del impacto es absorbida por la propia silla.
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*foto: axkid.com